Forma simple, hiperelipsoide inestable. Boca elíptica, borde entrante y labio redondeado. Las paredes son gruesas, de un centímetro de espesor. El fondo es cóncavo. Conserva una pequeña asa con perforación vertical. El recipiente fue cocido en atmósfera reductora y presenta una superficie alisada, de color gris.
El arenero del Sevillano fue descubierto en 1941 durante los trabajos arqueológicos efectuados por el Marqués de Loriana y Pérez de Barradas en el valle del Manzanares. Pero fuera de ese dato, la falta de información sobre el yacimiento y la intervención es total y ni siquiera se conoce su localización exacta, más allá de la vaga referencia a Villaverde Bajo.
La mayor parte del material cerámico recuperado en este arenero fue atribuido de forma genérica al Neolítico, aunque no se han podido establecer paralelos con otros hallazgos en el valle. Excepto un fragmento de asa con impresiones sobre cordón, la característica general de la cerámica de Sevillano es su ausencia de decoración, lo que podría indicar una cronología avanzada dentro de ese periodo (Neolítico final o Neolítico II) o incluso en un Calcolítico precampaniforme.
Comentario extraído del Catálogo en línea del Museo de San Isidro. Los Orígenes de Madrid