La escena parece representar el momento de la inauguración solemne del Real Sitio del Buen Retiro, terminado de construir bajo la dirección del Conde Duque de Olivares en diciembre de 1634 como segunda residencia de Felipe IV en la Corte.
En el centro de un ancho paseo que conduce a la fachada monumental de ingreso al complejo palaciego, Olivares entrega al rey y a su segunda esposa, Mariana de Austria, las tijeras para cortar la cinta inaugural del Palacio del Buen Retiro, en presencia de toda la Corte y el estamento eclesiástico que aparece a la derecha. Los principales personajes van señalados con números para facilitar su identificación, probablemente a través de una inscripción o cartela anexa, perdida.
El interés iconográfico inicial que despierta esta pintura se ha visto en gran parte ensombrecida al efectuar varias pruebas de limpieza y restauración a las que obligaba su muy deteriorado estado, comprobándose entonces la falta de base pictórica, por lo que ha de tratarse, con toda seguridad, de una imitación intencionada -quizá del siglo XIX- del tipo de paisajes con escenas cortesanas cultivado por los discípulos de Velazquez, especialmente Mazo y Agüero.
Fuente: Catálogo de las Pinturas, 1990, pág. 245. Museo Municipal de Madrid