El marqués de Villamayor de Santiago promovió estas viviendas de lujo junto al Oratorio de Caballero de Gracia y el Casino Militar. La amplitud del solar permitió la construcción de cuatro viviendas por planta, dos con fachada a Gran Vía y las restantes a Caballero de Gracia, con sendos núcleos de escaleras y nueve patios interiores que garantizaban la correcta comunicación vertical y la ventilación de todas las dependencias. La planta baja y el entresuelo se destinaron a locales comerciales.
Exteriormente es un edificio ecléctico que no renuncia al lenguaje barroco tan de moda en la época para enfatizar la importancia y lujo del inmueble, especialmente en los remates de los cuerpos de miradores y en los torreones correspondientes que coronan el edificio.