"Tras la figura del santo arrodillado se extiende un paisaje con las riberas del Manzanares. A la izquierda, dos ángeles labran la tierra, ilustrando el célebre episodio de la vida del Labrador. Coronando los desmontes del río el atiguo Alcázar de Madrid, destruido en 1734 (...)".
Comentario extraído del libro "Catálogo de las pinturas. Madrid: Museo Municipal".