Dice el texto del artículo: "Hoy son las señoritas del «Metro» las que decoran nuestra plana central. Estas muchachas que al ir y al venir de nuestros quehaceres nos sirven solícitas picando y recogiendo nuestros billetes, o haciéndoles brotar de ese aparato misterioso que funciona apretando una tecla, como si fuese un prodigioso manantial de cuadraditos de papel.
Queremos que el homenaje de esta plana sea algo así como una compensación de la injusticia con que a veces tratamos a estas lindas jovencitas, cuando entramos o salimos del «Metro» con más prisa de la racionalmente humana, dispuestos a irrumpir impetuosos en el ajetreo que nos impone la vida moderna (...)".