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Archivo de Villa
Solicitud de licencia para la instalación de una montaña rusa en el Parque de Madrid
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Descripción
Titulo:
Solicitud de licencia para la instalación de una montaña rusa en el Parque de Madrid
Fecha:
1888-1889
Lugar:
Madrid
Descripcion:
59 p.
Contiene plano.
Tipo:
Fiestas
Signatura:
7-498-22

Comentario
Después de retirada la Montaña rusa de los jardines de los Campos elíseos en 1872, no será hasta julio de 1888 cuando se realicen nuevos intentos de instalar una Montaña Rusa, más o menos permanente, en la ciudad tal y como comprobamos en este expediente del Archivo de Villa en el que se narran todas las vicisitudes de esta tentativa. Tal y como leemos en él Alejandro Martín, probablemente en nombre del inventor Julián de la Rúa, solicitó en primer lugar permiso para instalar una gigantesca estructura de 136 metros de largo por 7,5 de ancho en el Parque de Madrid, (actual Parque del Retiro). No obstante su solicitud fue desestimada el 16 de agosto en parte por no adjuntar plano a su proyecto y por no encontrar acomodo en el parque debido a sus grandes dimensiones.

Sin duda ya preparado para esta negativa, ese mismo día 16 de agosto, Julián de la Rúa vuelve a solicitar permiso para colocar su montaña rusa con arreglo a un maravilloso plano que se adjuntaba a la solicitud y que se puede ver en alta definición a través de este enlace http://bit.ly/21jIvIQ.

En la solicitud se sugieren dos posibles ubicaciones: el Paseo de Recoletos frente a la Biblioteca Nacional, o el Paseo del Prado frente a la calle del Sordo. No hallo tampoco eco esta solicitud, denegada por los problemas que podía causar la instalación de esta gigantesca estructura en la vía pública: unos excesivos 910 metros cuadrados que el funcionario calcula de puño y letra sobre la misma solicitud de don Julián.

Inasequible al desaliento, el 23 de octubre de la Rúa vuelve a la carga con una nueva solicitud sugiriendo como posible emplazamiento un solar frente a la Montaña artificial del Retiro, curiosamente conocida en aquella época como “Montaña rusa”, aunque nada tuviera que ver con este tipo de entretenimientos. Y a punto estuvo de conseguirlo esta vez. El delegado de arbolado dio permiso para su instalación poniendo como condición que la construcción se ajustara al plano, se repararan los posibles daños provocados en el arbolado y que todo se recompusiera en el momento de la retirada de la estructura. No obstante, después de varios meses de discusiones, en abril de 1889 la Comisión organizada al efecto finalmente no dio su visto bueno a la instalación.

No se desanimó Don Julián, que debía ser persona de anchas espaldas y carácter acostumbrado al rechazo, ya que el día 8 de ese mes de abril volvió a presentar una nueva solicitud en la que demostró ser hombre de recursos muy capaz de guardarse ases en la manga. Esta vez presentó su solicitud de la mano de Felipe Ducazcal, arrendatario de las instalaciones de los Jardines del Buen Retiro en la parcela donde hoy se ubica el edificio de Correos, actual sede del Ayuntamiento de Madrid.

Los Jardines del Buen Retiro se habían convertido, tras la decadencia y desaparición de los campos Elíseos, en el jardín de recreo más importante de la ciudad y Ducazcal lo gestionó de 1876 a 1991. Disponía de teatro, quiosco de música, jardines, cafés, tiro de pistola, sala de juegos etc. De esta forma, la corporación no halló más inconveniente que pedir una indemnización de 325 pesetas por la tala de árboles necesaria para hacer sitio a la atracción, por lo que el proyecto de la montaña rusa de Julián de la Rúa fue por fin una realidad, instalándose entre el teatro de verano y las casas contiguas.

Estuvo en activo al menos hasta noviembre de 1890, fecha a partir de la cual desaparece de la oferta de atracciones de los jardines. No será hasta el 1 de mayo de 1891 cuando se retomó el proyecto, probablemente con un nuevo diseño.
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