"Esta fotografía reproduce uno de los aspectos de la famosa Pradera de San Isidro, de Madrid en uno de los días de romería, porque en realidad la fiesta no se reduce al día del Santo Patrón, sino que se prolonga hasta fin de mes. Lo más bonito de ella es sin duda el lugar donde se celebra, uno de los más pintorescos de los alrededores de Madrid, desde el cual el conjunto de la villa y corte extendiéndose en la meseta, presenta un hermoso panorama, rico de luz y de contrastes.
En cuanto a la fiesta en sí, parte de las devotas visitas a la ermita, no se distingue de las diversiones a que se entrega el pueblo madrileño cualquier domingo; pues todo se reduce a bailes, meriendas, vueltas en el tío-vivo y cosas del mismo jaez. Solamente que los que en los demás días de fiesta se divierten desperdigados por los Cuatro Caminos, las Ventas, la Bombilla y la pradera del Corregidor, en esta ocasión se reúnen en una imponente multitud en el clásico lugar que Goya inmortalizó en uno de sus más bellos bocetos".