Tras acabar la guerra, e instalado nuevamente en Madrid, Miguel Mihura seguiría soñando con la creación de una revista de humor donde perseverar en sus ideas vanguardistas sobre el mismo. A la espera de que aquello se pudiese materializar, él y Tono mantuvieron el nombre de La Ametralladora como sección de una revista que apareció en Madrid en junio de 1940: Tajo.
Dirigida por Alfredo Marqueríe, y en medio de su miscelánea de contenidos, hubo en cada número, desde el primero hasta el 49, de 3 de mayo de 1941, una o dos páginas en las que la sociedad Tono-Mihura practicó la risa absurda echando mano, a menudo, de textos, dibujos e historietas reciclados. Sólo abandonaron aquella colaboración en el momento en el que La Codorniz era ya una realidad en marcha.
Texto extraído de la Guía de la Exposición: La Codorniz (1941-1978)