Un día, cuando Luis tenía 7 u 8 años, le subieron a un caballo que había en la calle Olivo con la bajada de la iglesia, donde estaba el Benvi. Un hermano de su madre ponía un kiosko de helados en esa plaza cuando él era pequeño. El edificio que se ve al fondo era el de los pisos de la Nueva. Ahora están todos cerrados y lo usan como almacén. Ya sólo viven allí la Julita y el Faustino.