Dédalo, héroe de la mitología griega, era la personificación de la habilidad manual, inventor y escultor de renombre. Amenazado por el rey Minos construyó para si y para su hijo Ícaro unas alas para huir de Creta. Ícaro se aproximó tanto al sol que las plumas de sus alas se quemaron y cayó ahogándose en el mar. Dédalo logró llegar hasta Italia donde se le atribuyen la construcción de diferentes monumentos.