Desde mediados del S XIX la llamada medicina social, interesada en comprender como las condiciones sociales y económicas afectan a la salud de la población, se abría paso en toda Europa. Por ello la Corporación, dentro de este movimiento, fundó en 1914, la Institución Municipal de Puericultura y Gota de Leche.
Dividida en dos secciones, dispensario para niños menores de 15 años y la gota de leche, realizaba una doble labor terapéutica y preventiva. Por un lado “presta asistencia médico-quirúrgica a todo niño pobre,” y por otro “suministra diariamente el alimento lácteo que el niño necesita según su edad y desarrollo, vigilando semanalmente a los que están confiados a su custodia y dirección.” Su presupuesto inicial fue de 50.000 pesetas por la importancia de esta obra benéfica.