José Aparicio pintó "El hambre en Madrid" en 1818, siendo un lienzo enormemente popular en su época. Dos años más tarde, Antonio Raffaele Calliano graba el entonces famoso cuadro, sufragando la Corona parte de los gastos de la estampación, debido a su carga propagandística.
Más que un cuadro de Historia, el lienzo de Aparicio representa en realidad una singular alegoría histórica, modalidad en la que este artista era verdadero especialista, retrata la dramática situación de hambre que hubo de soportar la Villa de Madrid durante la ocupación napoleónica en los años 1811 y 1812, así como la heroicidad y el patriótico orgullo de su población al rechazar la ayuda ofrecida por las tropas invasoras.
Tres soldados franceses se acercan a ofrecer alimentos a unos madrileños harapientos y desnutridos, destaca la figura de un anciano que sostiene a un niño en su hombro mientras en su regazo yace una mujer muerta con su hijo. Junto a ellos un hombre rechaza con su mano la comida que le ofrecen los franceses. Al otro lado, junto a una pilastra con inscripción alusiva a Fernando VII, un grupo de personas comen desperdicios. Detrás del grupo principal, un majo intenta abalanzarse hacia los soldados napoleónicos, pero es retenido por una mujer que lleva a su niño en brazos.