En este artículo el autor describe los bailes del parque de la Bombilla preguntándose si ha muerto lo castizo ante el empuje de nuevas músicas como el jazz. En él podemos leer:
"—¿Prefieren las muchachas el jazz-band al «organillo»?
—Sí. Da más postín el jazz-band. Y ha derrotado al «organillo», al que desprecian por «bajo» y rastrero (...) . Ahora las parejas dan grandes zancadas; patalean en el suelo como si hubieran cogido un berrenchín ó les hubiera dado un ataque de nervios... Y á la señora se la lleva como á un saco".