En torno a este lugar se levantaban las Casas del Duque del Infantado donde vivió la escultora LUISA ROLDÁN “LA ROLDANA” y aquí murió a los 54 años el 10 de abril de 1706
Luisa Roldán, conocida como ‘La Roldana’, se trasladó a la Corte de Madrid junto a su marido e hijos en 1688, donde recibió por parte de Carlos II el título de Escultora de Cámara, que conservaría hasta su muerte, ya bajo el reinado de Felipe V. Sin embargo, esta distinción no le permitió tener habitación en las Casas del Tesoro, donde se alojaban los servidores del monarca, y tuvo que vivir en diferentes domicilios como en estas casas, propiedad del Duque del Infantado, donde, según consta en su partida de defunción, residía en el momento de su muerte. Dicha partida ha desaparecido, pues se hallaba en la parroquia de San Andrés y desapareció en la quema del Archivo Parroquial, en 1936. Queda, sin embargo, transcrita en la tesis doctoral de Elena Amat Calderón, de 1927.
La Roldana había nacido en Sevilla en 1652 y era hija del célebre escultor barroco Pedro Roldán. Comenzó a trabajar en el taller de su padre desde niña y no tardó en despuntar por su talento. Aunque sean muchas las obras atribuidas a su autoría, parece que no caben dudas acerca de su intervención directa en algunas de las más importantes imágenes procesionales del barroco sevillano, como son la Virgen de Regla, de la Hermandad del Prendimiento, o la Virgen de la Estrella, de la Hermandad del mismo nombre.
En 1684 se casó con el escultor Luis Antonio de Los Arcos y se fue a Cádiz con su familia. Allí realizó algunos significativos trabajos como el ‘Ecce Homo’ de la Catedral de esta ciudad. Desde la ciudad gaditana se trasladó posteriormente, en 1689, a la Corte buscando una mejora en sus condiciones económicas, creativas y vitales, algo que no conseguirá, aunque realizase algunas de las obras más importantes de la estatuaria del barroco como son diversos Nacimientos y Sagradas Familias, o ‘El Arcángel San Miguel con el Diablo a sus pies’, que estaba destinado para el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Entre las obras más destacadas de su autoría, que se conservan en Madrid, hay que mencionar el ‘Ángel de la Guarda’ y ‘El Arcángel San Miguel’, de las Descalzas Reales, así como los Ángeles con los Instrumentos de la Pasión, que se conservan en la Colegiata de San Isidro.
