En un artículo dedicado en gran parte a criticar la corrida de la Beneficencia celebrada en Madrid en ese año de 1898, se dedican los últimos párrafos a loar el proyecto de ampliación de la calle Preciados hacia la plaza de Leganitos, que no sólo serviría para dar empleo a muchos obreros en paro, sino que también sanearía muchos de los "infectos callejones" de la zona, aunque lamentándose amargamente de que, con seguridad, este proyecto (como otros muchos anteriores) quedará en nada por las trabas administrativas y los politiqueos.