A pesar de haberse realizado ya las subasta de todos los solares y aprobado el proyecto de Lucio del Valle, seguían surgiendo alternativas a las obras, como esta presentada por Luis Pérez en 1860, probablemente consciente de que era imposible que pudiera tener más repercusión que la de mera anécdota. El autor recopiló información de diversas sobre tranformaciones urbanas en diferentes ciudades europeas (Roma, París, Bolonia o Mulhouse) para plantear una reforma en consonacia con lo que se estaba realizando en el viejo continente.