El “Maine” pasó a la historia por su explosión y hundimiento el 15 de febrero de 1898 en la bahía de Santiago de Cuba. Estados Unidos acusó a España de haber colocado una mina debajo del casco del acorazado y la declaró la guerra el 21 de abril, a pesar de las alegaciones españolas que negaban cualquier tipo de participación en los hechos. Como consecuencia, España perdió toda su Flota de ultramar en los combates de Cuba y Filipinas.
Los restos del “Maine”, fueron retirados del interior de la bahía en 1911, tras una considerable obra de ingeniería ilustrada en esta noticia de Nuevo Mundo, y vueltos a sepultar en mar abierto. Según los españoles se realizó esta acción para impedir el análisis de sus restos que hubieran confirmado la tesis de la explosión interna del barco, lo que hubiera excluido la participación española en el hundimiento.