Es el primero de los edificios importantes que Francisco Jareño proyectó y construyó en Madrid como arquitecto del Ministerio de Fomento. Se sitúa en el solar que ocupara el palacio del conde de Aranda, convertido posteriormente en Cuartel de Guardias Españolas. El origen de la institución data de 1437, pero no se estableció en el edificio actual hasta la década de 1860 y desde entonces ha seguido teniendo el mismo uso. Tiene una planta trapezoidal que ocupa toda la manzana y se estructura perimetralmente en torno a un patio central que repite la forma del solar. El piso bajo es un zócalo de granito al que se abren vanos semicirculares, quedando el resto de la fachada en fábrica de ladrillo sobre la que destacan las jambas y los guardapolvos con palmetas de inspiración neogriega. Se dice que es una de las obras menos "clásicas" de Jareño y que tiene un aspecto más cerrado que otros edificios suyos, pero no deja de ser una obra sencilla y correcta, que ha quedado desfigurada por el añadido del último piso, que en nada la favorece.
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